Unas planchitas...

martes, 15 de junio de 2010

"VALLEKAS", TEMPLO MALDITO

El Estadio Teresa Rivero del madrileño barrio de Vallecas es sinónimo de “kangui”, “kanguelo” o “akojone”, ya que las tres últimas visitas cordobesistas al feudo rayista se cuentan por derrotas impepinables que generan discordia y malestar en afición y en todos los estamentos del club. Dejando atrás la broma ortográfica, centrémonos en ese clima convulso que trae consigo cada partido ante los franjirrojos.

Parece que llevamos toda la vida enfrentándonos al Rayo Vallecano. Pues no. En las diez últimas temporadas, solamente hemos compartido con el equipo de Madrid tres campañas en Segunda División o “Liga Adelante”. Ellos tuvieron un brillante inicio de década en la “Liga de las estrellas” (llegaron incluso a jugar cuartos de final de UEFA) para posteriormente caer al “pozo” de la categoría de bronce y permanecer ahí cuatro añitos. Menos mal que nosotros sufrimos sólo la 2ªB en el periodo 2005-2007.

Se dá la circunstancia de que siempre se ha rendido visita al estadio de la calle Payaso Fofó en los tramos finales de liga. En la 2003-2004, un “rayito” casi descendido veía un resquicio de luz gracias a la tarde veraniega de principios de junio que se tomaron un grupo de caraduras que por aquella época ¿defendían? la elástica blanca y verde. Desgraciadamente para los vallecanos, fue un espejismo, ya que acabaron la liga como segundo peor equipo, en el puesto 21 con tan sólo 43 puntos. La nave cordobesista, con Pedrito al mando en los dos últimos partidos de liga, tuvo que sumar obligatoriamente los puntos en juego para no descender... Gracias, Leganés.

El año pasado, en la jornada 37, los jugadores blanquiverdes deambularon por el césped del Teresa Rivero, llevándose cinco… y gracias. Juan Luna Eslava, acabó desesperado y la afición allí presente, protestó airadamente por la desastrosa imagen mostrada…”jugadores, mercenarios”, a la salida de vestuarios. Afortunadamente, aún quedaban cinco jornadas y tras tocar fondo, se lograron 12 de 15 puntos para acabar en la decimotercera plaza. “Chapeau” para cuerpo técnico y afición. Aprobado para jugadores.

Y llegamos a lo ocurrido este pasado fin de semana. Ocho partidos en sábado con todos los implicados en el descenso salvo blanquiverdes y Real Unión de Irún. Resultados dispares y el cordobesismo con la necesidad de puntuar el domingo ante el Rayo Vallecano. Tres cuartos de entrada, calor infernal y el equipo del clan Ruiz Mateos, que no es ni la sombra del plantel de la temporada pasada, agarra la salvación casi automática gracias a un 3-2 engañoso, pues de no haberse colado un rocambolesco gol en la única portería que no tiene fondo con gradas del fútbol español, hubiera a buen seguro goleado a un ridículo, patético Córdoba... de portero descentrado, defensa compuesta no precisamente por rottweillers sino por corderitos, mediocampo burlado y bailado al son del “movillismo” (en honor a un tipo calvito entrado en años, culón y con barriguita, lejos de su mejor forma, pero con una calidad que ya quisieran muchos de los del extraño uniforme de cruz amarilla sobre fondo negro) y una delantera…perdón, ¿he dicho delantera? Un “gordito” muy querido por la afición, ya retirado, un tal Javier Moreno Valera, con diez kilos sobrantes y una movilidad de no más de veinte metros cuadrados, todavía hubiera sido capaz de crear más peligro que todos ésos que se hacen llamar atacantes.

Dos jornadas, seis en juego. Un vergonzoso puntito de dieciocho, no lleva a pensar en positivo, sobre todo por lo que se avecina. Y es que los vascos de Irún llegarán al Nuevo Arcángel con la moral con las nubes, tras haber ganado al Levante. En caso de fatalidad, aún quedaría una oportunidad en Castellón para alcanzar como mínimo los 50, aunque viendo como están las cosas, incluso pueden ser insuficientes. Pinta el panorama otra tarde eterna. Como aquella de Anoeta…

No hay comentarios:

Publicar un comentario